Si bien pudo haber existido alguna logia en el Río de la Plata durante el siglo XVIII, es evidente que el punto de partida del movimiento logístico argentino está en el siglo pasado, con motivo, especialmente, de la Revolución de Mayo, al fundarse en 1812 la conocida Logia Lautaro, directamente relacionada con los planes políticos de nuestra Independencia. En ella, desde San Martín en adelante, figuraron las más destacadas figuras de la época revolucionaria.

Diversos autores sostienen que tanto la Logia Lautaro como asimismo las sectas españolas, como los Caballeros Racionales, de Cádiz, el Gran Oriente regional de Sevilla o la llamada Gran Reunión Americana, no fueron propiamente logias masónicas, en su restringida acepción sino logias políticas, enderezadas a lograr y sostener la independencia americana.

De acuerdo con las publicaciones, un autor argentino, Patricio Maguire, transcribe en “Informaciones sobre masones y otras sociedades secretas” (N° 3, año 1981, Bs. As.) una nota que envió a la Gran Logia Unida de Inglaterra, en agosto de 1979, requiriendo datos sobre el carácter de la Logia Lautaro y de su posible existencia en la Francmasonería regular de aquella época. En contestación a esta nota, se le informó, por intermedio del Gran Secretario, en 1979, que “la Logia Lautaro era una sociedad secreta política, fundada en 1812 y que no tenía relación alguna con la Francmasonería regular. Las logias que usted menciona (Lautaro, Caballeros Racionales y Gran Reunión Americana) jamás aparecieron anotadas en el registro o en los archivos, ni de los antiguos ni de los modernos… Y las seis personas mencionadas en su carta (San Martín, Miran da, O´Higgins, Alvear, Bolívar y López Méndez), de acuerdo con nuestros archivos, nunca fueron miembros de logias bajo la jurisdicción de la Gran Logia Unida de Inglaterra”. Agosto 21 de 1979. Gran Logia U. de Inglaterra. Freemasons Hall-Great Queen Street-London.

Otros autores han sostenido que a las logias masónicas les estaba vedado, como hoy, mezclarse en problemas políticos; y que la Logia Lautaro, contrariamente, fue creada con fines eminentemente políticos, como lo demuestra su actuación durante la época de la Independencia. Por eso – agrega Maguire — la Gran Logia Unida de Inglaterra le niega carácter masónico, insistiendo en su carácter político.

Por su parte, Boleslao Lewin, Alcibiades Lappas y otros historiadores sostienen la filiación masónica de la Logia Lautaro.

Sin detenernos en la abundante bibliografía que analiza el tema directa o indirectamente, diversas publicaciones han dado el nombre de los próceres que —según ellos—pertenecieron a la masonería argentina. Señalan en este sentido que, además de San Martín, Belgrano y otros más, 14 presidentes de la Nación, fueron masones: Rivadavia, López y Planes, Urquiza, Derqui, Mitre, Sarmiento, Juárez Celman, Pellegrini, Quintana, Figueroa Alcorta, Sáenz Peña, de la Plaza, Yrigoyen y el Gral. Justo. Publican además el nombre de 7 vicepresidentes de la República y de miembros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (doctores del Carril, Barros Pazos, Gorostiaga, Figueroa Alcorta, Victorica, Bermejo, R. Repetto y A. Sagarna). Entre los escritores, científicos e intelectuales en general, destacan a José Hernández, Olegario Andrade, Ascasubi, del Campo, Eduardo Wilde, Joaquín V. González, Leopoldo Lugones, José Ingenieros, Florentino Ameghino, Luis María Drago, Pablo Pizzurno, Rodolfo Rivarola, Augusto Montes de Oca y otros más. Entre los militares citan al Gral. Juan Gelly y Obes, Emilio Mitre, Wenceslao Paunero, Nicolás Levalle, Emilio Conessa, José María Galán y otros.